FUNDAÇÃO MALCOLM LOWRY

FUNDAÇÃO MALCOLM LOWRY

Este blogue foi criado com o intuito de unir a comunidade lowryana de todo o mundo, a fim de trocar ideias e informação sobre o autor, promover a organização de conferências, colóquios e outras actividades relacionadas com a promoção da sua obra. Este é o primeiro sítio trilingue feito no México sobre o tema. Cuernavaca, México.


Malcolm Lowry Foundation


This blog was created to comunicate all lowry scholars, fans and enthusiastics from around the world in order to promote the interchange of materials and information about the writer as well as organize events such as lectures, colloquiums and other activities related to the work of the author. Cuernavaca, Mexico.


FONDATION MALCOLM LOWRY

Ce blog a été crée dans le but de rapprocher la communauté lowryenne du monde entier afin de pouvoir échanger des idées et des informations sur l'auteur ainsi que promouvoir et organiser des conférences, colloques et autres activités en relation avec son oeuvre. Cuernavaca, Morelos, Mexique.


sábado, 21 de noviembre de 2015

¿Te acuerdas de mañana?



Diosdado, El Elefante, acababa de entrar por atrás. El Cónsul lo vio quitarse la chaqueta negra, colgarla en el armario y luego tentarse en el bolsillo de la camisa inmaculadamente blanca buscando una pipa que por él asomaba. Sacóla y comenzó a llenarla con el contenido de un paquete en el que se leía ‘Tabaco Country Club de El Buen Tono”. El Cónsul se acordó ahora de su pipa: allí estaba, no cabía duda.
 
―‘Sí, sí’, mister ―respondió inclinando la cabeza para oír la pregunta del Cónsul―. ‘Claro’. No, mi pipa… este… no es inglesa. Es de Monterrey. Estaba usted… este borracho un día. ¿No, señor?
 
―‘Cómo no’ ―dijo el Cónsul―. Dos veces al día.
 
―Estaba usted borracho tres veces al día ―dijo Diosdado y su mirada, el insulto y el alcance de su rebajamiento invadieron el alma del Cónsul―. Entonces va a regresar a los Estados Unidos ―añadió mientras buscaba algo detrás del mostrador.
 
―¿Yo? No. ¿Por qué?
 
De pronto Diosdado dejó caer sobre el mostrador un grueso paquete de cartas atadas con una liga.
 
―…¿‘es suyo’? ―preguntó sin rodeos.
 
¿Dónde están las cartas Geoffrey Firmin las cartas las cartas que te escribió hasta que se rompió su corazón?
 
Aquí estaban las cartas, aquí y en ningún otro lado: estas eran las cartas y el Cónsul lo supo en seguida sin tener que examinar los sobres. Al hablar no podía reconocer su propia voz:
 
―‘Sí, señor, muchas gracias’ ―dijo.
 
―De nada, señor ―Diosdado le volvió la espalda.
 
La rame inutile fatigue vainement une mer immobile.
 
Bajo el volcán, Capítulo XII


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